jueves, 12 de febrero de 2009


Es absolutamente práctico y racional: hay que identificar y cultivar los estados mentales positivos, así como identificar y eliminar los estados mentales negativos. En lugar de clasificar estados mentales, emociones o deseos con arreglo a juicios morales externos como «La avaricia. es un pecado», o «El odio es maligno», debes clasificar las emociones simplemente sobre la base de si conducen o no a la felicidad última.